jueves, 19 de mayo de 2011

Vivida, la vida es más

No voy a rendirme. Diré lo que me dicte el corazón. La barriga. El empeño. El ansia de por dentro.
No voy a callar, ni para bien ni para mal.
Se me donó una lengua, un corazón que no para de decir por donde debo ir.
No voy a callar a mi corazón, ni a mi barriga.
Personas ilustradas dicen que es bueno dejar hablar al corazón. Quizá a mi me diga más la barriga. Los oigo a los dos y así abro mi boca o bocaza.
Esta noche en la nube, "En la nube de Radio tres", he oído mi propio corazón. He nadado en el río de mi infancia, en el Génil, pero también en otros ríos.
En realidad, he nadado en todos los ríos, porque ¿donde acaban los ríos (salvo mi Genil que humilde acaba en otro río) sino en la mar?
¡Ay! mi Genil. Y yo su afluente.
Dos horas de fluido y manación.
Dos horas de esponjosa suavidad.
Dos horas de vagar ensoñada pensando en amigos y amigas que escribieron poemas, cartas, y hablaron de amor y los entregaron con generosidad.
Despierto y digo: tengo tan gran tesoro guardado -que no escondido-...Porque está a mi lado, a un gesto de mi mano.
Así he vuelto a vivir dos horas En la nube.