viernes, 29 de julio de 2011

En una noche mágica donde las haya, he olvidado en mi "despedida" de este medio, el decir, que sólo el amor a la tierra,hace posible el amor a nosotros mismos.
Sin el respeto a la tierra, nos destruimos.
Cuando la Naturaleza se nos muestra cruel, hemos de preguntarnos en que la hemos ofendido, y sobretodo, donde la hemos omitido.

No estoy segura, si es esto lo que quería manifestar como última despedida, ni siquiera sé si no volveré a hacer esto otra vez,, pero sí estoy segura de que, por muy inteligente que el ser humano se considere, la madre natura, no dudará en manifestarle lo equivocado que está con respecto a ella.
Buena madrugada.
Como escribir a la luz de la luna en la atalaya, no hay nada. O a la luz del sol. Dejando que la brisa abanique tu cara, tu cuerpo, tu cabello...
El aroma del jazmín difuminándose por doquier.
Ora miras una estrella, otrora una nube. Y todo rodeado de música. Ya incluso si te apetece un bocado...
Sí, el ego sigue estando ahí. El ego es inevitable. Por eso comencé a escribir aquí. Pero no durante el verano. No es el ego tan grande.
Así que a los que os ha interesado estos blogs que no son sino uno, pues no hay múlrtiplles egos,(?¿) hace mutis por el foro, Los días anónimos, como yo, Senderos opacos, como los míos, y Cantes y flores que es lo que esperaba y no lo he conseguido. Pero no se ha enturbiado mi ego, ese sigue vivo en los cuadernos de siempre. Gracias.