miércoles, 25 de marzo de 2009

!ACCIÓN-CORTEN¡

Todos más que nuestros padres a una cierta edad. Y en cierto modo es verdad, era verdad. Sabíamos más de nosotros mismos en contacto con los de fuera. Y cómo era en verdad "lo de fuera". Era algo que no tenía en absoluto que ver ni con los padres ni con su mundo. Después veríamos que ellos sabían más de lo que nosotros nos imaginabamos. Pero eso no lo sabíamos. Como tantas otras cosas. Redundante. Muy redundante.
A veces nos extrañamos, los hijos y los padres de que personas a las que creemos conocer nos jueguen una mala pasada, y sin embargo ocurren las peores cosas dentro de un circulo cercano. Muy cercano. Asombrosamente cercano. Tan cercano que entra en nuestras casas-a lo peor-vive en ellas. Y no son necesarios ni los ejemplos, ni son siquiera de buen gusto. Todos sabemos de qué va el asunto.
Cuando acontecen casos tan inhumanos como los que oímos y vemos en televisión, leemos en la prensa empero nos quedamos anonadados. ¿Cómo es posible? nos preguntamos. La respuesta es bien sencilla. No aprendemos u olvidamos. Y es que, es bueno olvidar lo malo, pero mejor sería aprender para no lamentar tanto dolor.
Sería bueno que aprendiésemos a hablar con sinceridad de lo que nos inquieta. A lo mejor quién nos escucha tiene una buena sugerencia. O simplemente comparte con nosotros aquello que nos pesa. A lo mejor así podríamos ahorrarnos la tristeza y tribulación que nos causa algo o alguien.
"Sólo sé que no sé nada" Será por eso que tropezamos infinidad de veces con el mismo escollo.
Me he perdido entre tanta espesura.
Quería decir que aunque todos hemos creído saber más que los padres lo que jamás se le hubiese pasado por la cabeza a mi generación es levantar la mano a los padres, ni denunciarles y mucho menos sin razón alguna. No vayamos a pensar que justifico un maltrato. Nada de eso, y lo digo bien clarito. Pero antes de levantar una mano tendríamos que saber las consecuencias que eso conlleva.
Los padres maltratadores deben pagar, los hijos maltratadores idem de lo mismo.
¿Se nos han olvidado las obligaciones, los deberes que tenemos?
Nosotros con tanta información ¿podemos pensar que nos podemos permitir la injusticia? ¿Qué tenemos más derechos que responsabilidades?
Entre los miles de power point que se envían aún no he leído ninguno que nos recuerde que somos responsables de nuestros actos.
Hasta la amistad es sólo pura comodidad. Envío un pp y ya sabe el amigo o la amiga que aunque no dé señales de vida estoy ahí. ¿Donde? ¿Qué clase de amistad es esa?
La amistad también es cercanía, ayuda en el mal momento, hacer un favor. En definitiva mostrar lo que decimos.
Así los hijos tienen que responder de los padres a una determinada edad, en una determinada situación. Observad: no he dicho siempre. Aunque eso sería lo idóneo.
Porque eso significa AMAR. Y no el puñetero power point.

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