miércoles, 11 de marzo de 2009

Miradas

Ayer me impresionó una mirada. Una mirada simple, abierta. Una mirada que partía del televisor. El dueño de la mirada : Jesús Quíntero.
La mirada, y las palabras de las que venía acompañada fueron directamente ¿al corazón?. Si me oye Punset rectificaría. Yo lo voy a dejar así por desconocer adonde llegaron la mirada y las palabras.
Veo a Jesús asaz, pero nunca había traspasado la barrera de la piel. Anoche tuve la sensación de que la mirada y las palabras se dirigían a mí. Y no precisamente porque aquellas palabras me afectasen. Curiosamente no me afectaban, pero sabía, sé que muchas mujeres las necesitaban, que a muchas mujeres les hacían mella, y sentí una ola de solidaridad muy grande. Me sentí unida a ellas. A esas mujeres que no han desaprendido - en palabras de Don Eduardo Punset-. A esas y con esas mujeres que aún caminan sin muletas me sentí una.
La mirada, aún a través de una pantalla de televisión, si es sincera penetra, penetra y sirve, y ayuda. Gracias a Jesús por saber como mirar para penetrar en el corazón.

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